AGUA BENDITA
Una de las cosas más bonitas que la zona en la que vivo es
su cercanía con el Páramo de Mamapacha. Por eso es una de las veredas del
municipio con mayor cantidad de agua. De la microcuenca de las Moyas, que está
ubicada en Guanica Molino se hace la captación para surtir el acueducto
municipal. Los vecinos son parcialmente conscientes de la importancia del tema
del agua, saben que es necesario conservarla pero no están muy dispuestos a
hacer los cambios personales necesarios para asegurar la conservación. Es más
una responsabilidad de las autoridades y sienten que debería haber una
compensación a cambio de proveer el agua para el municipio. Estas percepciones sumadas
a la baja capacidad de la empresa de servicios públicos para resolver los problemas
de la bocatoma, cuando se presentan hacer que el equilibrio que se requiere
para que el municipio y cada familia cuenten con agua, particularmente en
tiempo de verano sea muy frágil.
Una de las primeras fuentes que se ve afectada cuando hay sequía es la quebradita que pasa frente a mi casa. En épocas de escasez los vecinos de arriba la captan para regar y hay ocasiones en que desaparece por completo. En otras ocasiones pasa contaminada con jabones y otros vertimientos que seguramente afectan a los animales que viven y beben de ella.
Cuando la quebradita, que no tiene nombre, desapareció por primera vez mi reacción fue pelear con los vecinos. Los llamé a
todos, hice berrinche e incluso radiqué una queja formal ante la Corpochivor. Y
no pasó nada... Todos me ignoraron. La siguiente vez me volví a quejar, pero esta
vez en la Asamblea del Acueducto y aunque los vecinos me dieron la razón,
tampoco pasó nada. Entonces opté por las pequeñas acciones personales. La
situación no ha cambiado mucho pero me siento mucho mejor.
Algunas de estas acciones, que no son muchas y seguramente no son suficientes son:
Construir la casa con separación de las aguas grises y las
aguas negras. Por un lado con el fin de asegurar una mayor capacidad para el
pozo séptico y por otro lado para aprovechar las aguas grises para riego. En verano estas aguas sirven para regar los arbolitos de la montaña en proceso de revegetalización.
Con el cambio de lavadora a lavadero también recojo las
aguas grises del lavado y la reutilizo para temas de aseo.
Con el tiempo espero poder recoger las aguas lluvias con un
sistema de canales que me permitan devolverlas a la quebrada. Así, aunque mis
vecinos de la parte alta desvíen el agua para temas de riego, al menos en mi
sector yo puedo asegurar la vida de la quebradita y de las especies que en ella
habitan. Algo es algo.
Y bueno, todas las demás acciones sencillas como cerrar la llave mientras no estamos utilizando el agua, usar la menor cantidad de jabón, detergentes y limpiadores posible, disponer correctamente los aceites y las grasas entre otras. Soy consciente de que estas acciones son insuficientes y muy limitadas, pero por algo se empieza.
Espero que los aprendizajes relacionados con la conservación
del agua nos lleguen de manera amable y no tengamos que adquirirlos por fuerza de
los efectos del cambio climático. Que logremos aprender a cuidar el agua antes de que sea tarde.
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