FUTUROS AGRICULTORES DE COLOMBIA


Mi vereda es un pequeño reflejo de un fenómeno del que hablan las noticias desde hace años. La gente está dejando el campo y se está dedicando a otras labores. Adicionalmente cada vez hay menos parejas jóvenes y menos niños en las zonas rurales. Por ejemplo, en la escuela de mi vereda estudian únicamente ocho niños.

Supongo que hay muchas razones que serían materia de una muy interesante investigación sociológica, pero entre las que se encuentran a simple vista están:

  •         En el campo hay mucho trabajo pero está mal remunerado y socialmente no es bien visto “quedarse en el campo”.
  •         Las personas que como yo estamos regresando a vivir en el campo, somos personas mayores, que ya pasamos nuestra etapa laboral y no conocemos las labores de campo. No recuerdo quien me dijo que nos llamaban los “neo rurales”.
  •        El éxodo del campo a la ciudad. En el caso de mi vereda, afortunadamente no obedece a razones violentas, como pasa en algunas otras regiones del país pero sí a la cultura de hacer plata fácil.
  •        El control de la natalidad. Las antes numerosas familias campesinas han sido reemplazadas por parejas con uno o dos hijos que prefieren que sus hijos se eduquen y vivan en el pueblo o en las ciudades cercanas.

La escasez de mano de obra en el campo me recuerda el programa, del que ya les conté en alguna de mis publicaciones anteriores, que tenía mi colegio que se llamaba “Futuros agricultores de Colombia” que animaba a los jóvenes de los pueblos a sentirse orgullosos de estar en el campo y buscaba mejorar las labores campesinas a través de la formación técnica dirigida a los jóvenes. Creo que en ésta época, un programa de esta naturaleza ayudaría a resolver la situación de los campos abandonados.

Es un problema mucho más complejo para el que se requieren estudios serios y medidas reales que ayuden a resolver esta situación, pero seguramente sería útil que las autoridades analizaran con cuidado las propuestas que hacen los habitantes de la zona. Algunas de las que recuerdo, hechas en la reunión de ordenamiento territorial, estaban relacionadas con mejorar los programas de salud en las áreas rurales; dar alternativas de formación en las instalaciones de la escuela para alfabetización informática a los adultos; garantizar el acceso a Internet; energía solar y dar alternativas productivas a los habitantes de las zonas altas, compatibles con el cuidado del medio ambiente, que reemplacen la ganadería y la agricultura sin tener que vender sus predios.

Mientras todo eso sucede, los neo rurales necesitamos ponernos manos a la obra. Necesitamos aprender a hacer las labores de campo, aplicar los conocimientos y habilidades de nuestra vida citadina al lugar que habitamos ahora. Puede ser que los "futuros agricultores de Colombia" seamos nosotros.

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