INDEPENDENCIA ALIMENTARIA

 


Cultivar mi propia comida. Tras la experiencia de huerta que había tenido en Tabio donde prácticamente todas las semillas habían germinado y la cosecha había tardado apenas unos meses, yo estaba convencida de que en Nómada iba a poder replicar la experiencia sin contratiempos. Apenas llegué conseguí tierra negra, semillas y me alisté a organizar mi huerta. Hice el semillero y esperé… y esperé… y nada. No sé a ciencia cierta por qué las semillas no germinaron. Puede ser que fueran semillas viejas o que los pájaros se las hubieran comido sin que yo me diera cuenta. Mi vecina vino y me ayudó a establecer un pequeño jardín de flores alrededor de la casa y un área cerrada y cubierta para las plantas que pueden estar a la sombra.

Mi idea de tener un campo de girasoles sembrado por labranza mínima, algunas arracachas, auyamas, guatilas, papas y hortalizas se convirtió en un sueño que he tenido que ir aterrizando en la realidad. He llegado a la conclusión de que mi éxito inicial con la huerta fue producto de la suerte de principiante. Para todo lo demás existen múltiples videos en Internet de qué sembrar en cada época, las condiciones en que debe ser sembrado y los tiempos de espera requeridos antes de tener una cosecha suficiente para alimentarse. Tampoco es posible tener de todo, hay que hacer viajes semanales a la plaza.

Con ayuda de algunos amigos he logrado sembrar con éxito lechuga (con plántulas de buena calidad), cilantro, una que otra acelga, papas criollas, fríjoles negros, berenjena dulce, tomates cherry, cebolla,  col, yerbabuena, orégano y tomillo; en diferentes momentos desde que inicié el proceso. Esto, junto los limones, naranjas, mandarinas, diferentes variedades de plátano y las bayas que crecen de manera silvestre han sido la parte de mi alimentación que he logrado en la finca. Valga la aclaración que es la comida que puedo obtener trabajando a ratos en la huerta y el jardín. Probablemente con mayor dedicación lograría algunas otras cosas.

Me siento satisfecha con las cosas que he logrado en materia agrícola. Pasé de ser la mujer que en mi juventud mataba cualquier planta que cayera en mi poder a tener buena mano para que algunas plantas nazcan, crezcan y den fruto. Con eso me contento. Aún tengo mucho que aprender en materia de seguridad alimentaria. Cuando era pequeña, en el colegio nos enseñaban a cuidar la huerta y mi colegio tenía un programa que se llamaba “Futuros agricultores de Colombia”. En ese entonces no sospechaba que esos temas iban a ser tan importantes en mi vida. Hubiera prestado más atención.

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