TRABAJO EN CASA

 


Me encantaría poder estar dedicada del todo al cuidado de la finca. Sin embargo las circunstancias económicas actuales no me permiten darme ese lujo, así que conseguí un trabajo como curadora de datos en una empresa de tecnología cuya sede está en Europa Central y que tiene personal en todo el mundo. Mi trabajo es sencillo, agradable y tiene reglas claras. Debo revisar información 40 horas a la semana como mínimo, cumplir con estándares de calidad y pertenezco a un grupo de personas amables, siempre dispuestas a ayudar, que hacen que se mantenga un ambiente laboral de mucha independencia, responsabilidad, aprendizaje y respeto.

En mi fase de entrenamiento tuve que estudiar los estándares y normas con los que se rige la compañía. En mi vida laboral he tenido mucho que ver con gestión de documentos físicos y electrónicos, pero la manera en que se manejan estos temas en mi actual empresa es fantástica. Sin ahondar en temas técnicos complejos, me gustó mucho descubrir que la gestión de documentos en medio electrónico es posible, sencilla y se puede llevar a cabo en la práctica. En este lado del mundo nos sobran normas y nos falta sentido común.

Los retos del trabajo en casa no vienen de trabajo en sí mismo. Se dan más por las condiciones geográficas en las que lo llevo a cabo.

Lo más complicado ha sido lograr una conexión de Internet con la velocidad y la estabilidad requerida. Cuando por fin logré encontrar un servicio de internet que cumpliera con las condiciones requeridas para mi trabajo, realizaron la instalación y empezó a funcionar, empezaron los problemas de disponibilidad del servicio por cuenta de la energía eléctrica en la zona rural. Casi cada mes se presenta algún incidente que deja sin luz la zona donde está ubicada la torre que me envía señal y la empresa de energía se toma uno o dos días para hacer las reparaciones correspondientes y para que se restablezca el servicio. No he logrado convencer al proveedor de internet de la utilidad de contar con un sistema de respaldo de energía solar. Y no encuentro la manera de explicarle a mi jefe que ésta situación se presenta periódicamente. Para alguien ubicado en Alemania los problemas eléctricos de Pachavita no son muy fáciles de comprender.

De otro lado, al estar ubicada en una vereda y no contar con una dirección física formal, me costaba mucho lograr que las aplicaciones a través de las cuales se gestionan los pagos, me permitieran ingresar la información. Normalmente piden una factura de servicios públicos como respaldo de la información de dirección que se registra para los pagos. Pero en mi caso no hay facturas de servicios públicos. La Junta del Acueducto me da un recibo hecho a mano por el servicio de agua de todo el año; como tengo energía solar, no tengo facturas de electricidad; no aceptan la factura del servicio de internet… En definitiva, todavía estoy debiendo ese soporte. Afortunadamente no me lo han exigido para la realización de los pagos.

Pero estos males menores se ven ampliamente compensados cuando puedo poner la música que me gusta, cantar a todo pulmón, estar pendiente de las cosas de la casa, de mis animales y parar a meditar cuando es necesario. Me encanta la libertad limitada que me proporciona mi situación actual. Me declaro totalmente a favor del trabajo remoto.

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