CAMBIO DE CIUDAD
Lo único constante es el cambio. En este caso un cambio de ciudad. Nada raro en mí caso que he tenido más de 40 mudanzas de casa, al menos a 7 ciudades diferentes y en 2 casos fuera del país, a 2 ciudades diferentes del Ecuador.
En este caso recibí una oferta de volver a mi antiguo empleo
en Garagoa, a atender temas de gestión documental y del Centro de
Documentación. Un trabajo sencillo, modesto y menos bien remunerado que el que
tenía en ese momento, pero con la promesa de una vida más tranquila en un lugar
conocido y cargado de buenos recuerdos.
En plena pandemia, con restricciones para el transporte y
para las entrevistas, decidí hacer el proceso sin muchas expectativas. Quería
cambiar mi trabajo por algo más tranquilo, pero las circunstancias no parecían
favorables para asistir a entrevistas y el director quería conocerme
personalmente.
Conseguí un permiso para movilizarme entre ciudades, un
transporte especial y envié los muchos de documentos que me pedían.
Tras realizar el proceso burocrático tenía un trabajo nuevo
y menos de un mes para entregar mi trabajo de ese entonces, hacer otra mudanza
y conseguir una casa con un patio.
Y sorprendentemente, todos los vientos soplaron en favor de
la nueva vida. Entregué mi cargo, con ayuda de una de mis cuñadas conseguí la
casa y realicé la mudanza, A una casa transitoria, con la idea de, por primera
vez en mi vida, construir una casa a mi gusto, con una parcela alrededor, con
espacio para el jardín y con espacio para el perro. Otra vez el perro.
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