LA BÚSQUEDA DE MI PROPÓSITO EN LA VIDA
He leído en varias oportunidades (no recuerdo dónde) que entre las necesidades emocionales más importantes de los seres humanos está la necesidad de alcanzar un propósito, de trascender las necesidades biológicas para dejar huella en un nivel más alto. Por eso nos pasamos la vida persiguiendo oportunidades; buscando gurús, brujos, pastores y mentores; dando y oyendo consejos; haciendo carrera como ratones en una jaula; explorando nuestras habilidades artísticas; haciendo obras de caridad; dedicándonos de manera abnegada a cuidar de nuestra familia y una combinación de esas opciones o todas las anteriores. Con la ilusión de que en alguno de esos campos vamos a encontrar nuestro propósito.
Yo he pasado por todas esas alternativas, todas exitosamente
fracasadas. Con el paso del tiempo he ido adquiriendo algo de sabiduría y he
ido descartando una a una esas opciones. La misión más importante que he
recibido de la vida ha sido la de ser madre, pero para poder cumplirla con
responsabilidad llega un momento en que hay que dejar que los hijos salgan del
nido, usen sus alas y hagan su propia búsqueda. Nosotros debemos pasar a ser
espectadores lo más respetuosos que nos sea posible. Cuando me vine a vivir a Garagoa ese momento
se hizo más evidente para mí. Era el momento de dejar que mi hijo buscara su
vida y de empezar a buscar mi propósito sin tenerlo a él como centro de mi
vida.
Así llegué a mi nueva ubicación. Un poquito desubicada.
Por ahora y hasta nuevos descubrimientos, mi propósito es
ser consciente en cada momento y disfrutarlo. Lograr vivir el presente como la
mejor versión de mí misma. Y eso me conduce inevitablemente a ser independiente
y vivir de manera auto sustentable.
Comentarios
Publicar un comentario